Y hoy, así, tan de mañana, me apetecía escribir.
Esto se sale de lo habitul en mí, pero es que yo nunca quise ser habitual. Ni nunca quise ni lo quiero ahora. Cuando abrí este blog, quería que fuera un sitio donde dejar mis opiniones y lo que hacía, y hasta ahora ha sido más lo segundo que lo primero.
Esto no tiene nada que ver con la política. Esto tiene que ver con sentimientos. Sentimientos que tengo yo. Y esos sentimientos son los que así, de mañana temprano, tengo justo después de despertar.
Y es que ha sido justo en ese momento cuando me he dado cuenta de la doble vida que estoy llevando. La doble vida entre la realidad y los sueños. Y es que en los sueños pierdo todo eso que me lastra en la realidad. Abro mi mente y me dejo de cosas como el pasado, el rencor, y llego a un mundo en el que simplemente vivo. Y de repente, llega el momento en ese sueño en el que le doy la mano a alguien... Y me despierto.
Y me despierto con la puta realidad a mi alrededor. Me despierto en un mundo en el que sí, he perdido parte de la esperanza que tenía, de la ilusión, y de la alegría. Esa que tanto tenía yo. A lo mejor le llaman madurar. O a lo mejor es eso que dicen tus padres, eso de "ya te darás cuenta cuando seas mayor". A lo mejor ha llegado el momento de darme cuenta.
Probablemente el problema sea que me cargo con más cosas de las que son en realidad. Que veo el mundo contra mí, y no sea así. Que veo que el mundo me desplaza. Que siento que hago todas las cosas mal. Y que al final, el único que no me perdona soy yo mismo. Y es muy difícil eso, porque te quita todo lo demás. Porque te quita las fuerzas para seguir adelante. Te quita la energía para luchar. Porque te hunde más y más en la mierda, son unas arenas movedizas, cuanto más caes, más fuerza les das para que te hundan. Y lo único que necesitas es algo para agarrarte y salir, y el problema a veces es que no tienes ese algo a lo que agarrarte.
Ayer estuve en el TEDxGalicia. Y por unas horas, aunque fueran pocas, me volví a sentir vivo en la realidad, y no sólo en los sueños. Y habré hecho muchas cosas, cosas que poca gente hace. Me habré ido de viaje, habré ocupado mi puesto como político... Pero realmente, ayer fue el momento en el que más cerca de aquella sensación de vivo me volví a sentir.
Y no conocía a nadie. Y, sin embargo, me sentía bien, tranquilo. Y es volver aquí, y tener justo la senación contraria, de que conozco mucha gente, pero de que ya no tengo a nadie. Y efectivamente, esto no se basa en "tener" como "poseer", sino como " compartir", ser alguien que comparte algo con otras personas. Y ciertamente, necesito eso.
Hasta aquí lo dejo por hoy. Se que esto no viene a cuento de nada, pero hoy por hoy necesitaba soltarlo, aunque fuera con alguien desconocido. Sí, tú, sea cuando sea que estés leyendo esto: gracias por haber gastado ese tiempo de tu vida. Gracias, de corazón.
Esto se sale de lo habitul en mí, pero es que yo nunca quise ser habitual. Ni nunca quise ni lo quiero ahora. Cuando abrí este blog, quería que fuera un sitio donde dejar mis opiniones y lo que hacía, y hasta ahora ha sido más lo segundo que lo primero.
Esto no tiene nada que ver con la política. Esto tiene que ver con sentimientos. Sentimientos que tengo yo. Y esos sentimientos son los que así, de mañana temprano, tengo justo después de despertar.
Y es que ha sido justo en ese momento cuando me he dado cuenta de la doble vida que estoy llevando. La doble vida entre la realidad y los sueños. Y es que en los sueños pierdo todo eso que me lastra en la realidad. Abro mi mente y me dejo de cosas como el pasado, el rencor, y llego a un mundo en el que simplemente vivo. Y de repente, llega el momento en ese sueño en el que le doy la mano a alguien... Y me despierto.
Y me despierto con la puta realidad a mi alrededor. Me despierto en un mundo en el que sí, he perdido parte de la esperanza que tenía, de la ilusión, y de la alegría. Esa que tanto tenía yo. A lo mejor le llaman madurar. O a lo mejor es eso que dicen tus padres, eso de "ya te darás cuenta cuando seas mayor". A lo mejor ha llegado el momento de darme cuenta.
Probablemente el problema sea que me cargo con más cosas de las que son en realidad. Que veo el mundo contra mí, y no sea así. Que veo que el mundo me desplaza. Que siento que hago todas las cosas mal. Y que al final, el único que no me perdona soy yo mismo. Y es muy difícil eso, porque te quita todo lo demás. Porque te quita las fuerzas para seguir adelante. Te quita la energía para luchar. Porque te hunde más y más en la mierda, son unas arenas movedizas, cuanto más caes, más fuerza les das para que te hundan. Y lo único que necesitas es algo para agarrarte y salir, y el problema a veces es que no tienes ese algo a lo que agarrarte.
Ayer estuve en el TEDxGalicia. Y por unas horas, aunque fueran pocas, me volví a sentir vivo en la realidad, y no sólo en los sueños. Y habré hecho muchas cosas, cosas que poca gente hace. Me habré ido de viaje, habré ocupado mi puesto como político... Pero realmente, ayer fue el momento en el que más cerca de aquella sensación de vivo me volví a sentir.
Y no conocía a nadie. Y, sin embargo, me sentía bien, tranquilo. Y es volver aquí, y tener justo la senación contraria, de que conozco mucha gente, pero de que ya no tengo a nadie. Y efectivamente, esto no se basa en "tener" como "poseer", sino como " compartir", ser alguien que comparte algo con otras personas. Y ciertamente, necesito eso.
Hasta aquí lo dejo por hoy. Se que esto no viene a cuento de nada, pero hoy por hoy necesitaba soltarlo, aunque fuera con alguien desconocido. Sí, tú, sea cuando sea que estés leyendo esto: gracias por haber gastado ese tiempo de tu vida. Gracias, de corazón.
Comentarios
Publicar un comentario